¿Para qué las leyes?

El accidente ocurrido en la carretera de Azua el pasado fin de semana es el resultado de la imprudencia de los dominicanos y la falta de aplicación de las leyes. Hoy se debate sobre la medida de coerción contra el conductor del camión, quien se ofreció a realizarse un examen toxicológico, en el cual resultó negativo. Mientras tanto, la opinión pública discute sobre quién tuvo la culpa, y los hechos y pruebas no dejan espacio para la especulación.

El negocio de bebidas se encuentra a pocos metros de la carretera. ¿Cumple con la distancia mínima establecida por la ley? ¿Alguien lo fiscalizó? Los visitantes se adueñaron de la carretera, donde también colocaron mesas y sillas. Esta no es la primera fiesta que se celebra allí. Entonces, ¿dónde estaban las autoridades? ¿Por qué no habían actuado antes y prohibido este tipo de actividades en la carretera?

En nuestro país contamos con muchas leyes y mecanismos fiscalizadores para mantener el orden y evitar que tragedias como la del pasado fin de semana en Azua sucedan. Sin embargo, es la falta de aplicación de estas lo que nos lleva a presenciar este tipo de situaciones. Que las “autoridades” digan ahora que van a intervenir en este establecimiento es una falta de respeto a sus propias instituciones y al pueblo dominicano. Eso de “poner el candado después que roban” debe terminar y ser cosa del pasado.

Mientras tanto, un hombre que salió de su hogar a trabajar y ganarse el dinero honradamente se enfrenta a pasar sus días dentro de una cárcel dominicana. La justicia debe ponerse la venda y actuar como se espera.